viernes, 28 de septiembre de 2012

Historia de Roma (V): formación de la ciudad de Roma

Entre los siglos X y VIII a.C. se establecieron los primeros poblados en las colinas donde surgiría la futura Roma. Los habitantes de cada poblado formaban una pequeña comunidad separada de las demás y organizada sobre la base de grupos familiares (familiae) afines llamados gens (en plural gentes).

Ciudad de Roma

- La gens romana


La gens estaba constituida por un conjunto de personas libres pertenecientes a familias que se consideraban descendientes de un único antepasado mítico, del que recibían el mismo nombre gentilicio (nomen): por ejemplo Marcus (praenomen) Porcius (nomen) Cato (cognomen).

+ Una asociación de familias ligadas por intereses similares


Se considera que al principio la gens era una asociación de familias ligadas por los mismos intereses, lo que las habría llevado a compartir una única descendencia. Los lazos de parentesco habrían acabado por establecer también vínculos de tipo religioso, además de reglas y directrices de grupo. Entre éstas se hallaban los cultos religiosos (sacra gentilicia), las normas jurídicas (decreta gentilicia) y los ejércitos gentilicios (como en la gens Fabia). Según las fuentes disponibles no parece que hubiera un jefe de la gens (pater gentis) con cargo vitalicio.

+ Los clientes, miembros también de las gens


De la gens formaban parte también los clientes, personas libres que no estaban ligadas por vínculos de parentesco. Los clientes se ponían bajo la tutela del jefe de la gens, que pasaba a ser su patrón, para obtener protección y trabajo. A cambio debían prometer obediencia al patrón y se comprometían a servirlo en el campo militar y político y, en caso necesario, a contribuir a la dote de sus hijas o a pagar el rescate si caía prisionero.

La relación entre cliente y patrón se basaba en la confianza (fides). El respeto de los pactos establecidos estaba tutelado por la costumbre y se hallaba bajo la protección divina. Se dejaba de ser cliente a través de la emancipación (cliens libertinus) o de la solicitud de acogida en una gens (applicatio), o bien cuando el patrón concedía una parcela de tierra para cultivar.

La mayoría de los clientes eran, en sus orígenes, campesinos, de quienes las gentes obtenían fuerzas militares privadas o apoyo en la lucha política.

+ Las comunidades patricias y las gentes


En el período más antiguo las gentes vivían en territorios autónomos de su propiedad. El futuro tejido estatal se presentaba así fragmentado en numerosas comunidades patricias, cada una cerrada en un mundo propio caracterizado por cultos particulares y normas de vida exclusivas.

+ Gens -> familiae -> gentiles y clientes -> paterfamilias, su esposa, hijos y descendientes masculinos


La gens era una unión social y política que comprendía el conjunto de poblados y viviendas existentes en su propio territorio. En ella se reunían todas las familiae constituidas tanto por los miembros de pleno derecho, es decir, todos los descendientes de un mismo progenitor, los gentiles (gentiles: miembros de las gentes), como por los clientes que se habían ido uniendo en el transcurso del tiempo. La familia (en plural familiae) era el grupo más pequeño de la gens y estaba constituida por personas libres sujetas a la potestad de un pater. Cada familia estaba integrada por la esposa del paterfamilias, sus hijos y todos los descendientes por línea masculina.

- La plebe en la época antigua


En época antigua hay pocas pruebas de la existencia de la plebe. Lo que caracteriza a este grupo social es la exclusión primero de la gens y después de la organización gentilicia que regiría el estado de Roma. El origen de la plebe puede estar relacionado con la infiltración de individuos que, después de labrarse un prestigio en el seno de la comunidad, se enfrentaron contra el cerramiento de las gentes.

- El resultado de las relaciones económicas, religiosas, políticas y militares de las gentes: la base de la ciudad de Roma


Con el transcurso del tiempo las gentes establecieron entre sí relaciones federativas de diversa naturaleza, inicialmente económicas y religiosas, y después políticas y militares. El nacimiento de Roma como estado se produjo a través de la unión política de los habitantes de los poblados esparcidos por las colinas del Tíber, caracterizados desde época remota por una fisonomía religiosa y cultural común. Estas organizaciones gentilicias formaron la base de la ciudad del Lacio.

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Artículo 5 de 42 de nuestra serie de entradas sobre la historia de Roma.