sábado, 29 de septiembre de 2012

Historia de Roma (VI): la monarquía latina

De la unión federativa se pasó a una estructura unitaria cuando los poblados reconocieron un jefe único. En este período nació la ciudad de Roma bajo la guía de los monarcas latinos.

Ciudad de Roma

- Principales instituciones del período monárquico de Roma


Las principales instituciones estatales eran el rey, el senado y los comicios curiados.

+ El rey: magistrado elegido por las gentes


El rey era un magistrado elegido por las gentes para asumir la dirección religiosa y militar de la comunidad. En la actualidad parece probado que recibía el poder de otras fuerzas religiosas y políticas del Estado y que, una vez elegido, seguía formando parte a todos los efectos de la comunidad. En la definición de los poderes, podría haber desempeñado un papel importante la personalidad de cada uno de los reyes, sobre todo teniendo en cuenta la forma arcaica de unas instituciones en las que individualidades con fuerte carisma religioso y militar podían actuar con amplia autonomía.

La tradición historiográfica coloca la autoridad del rey en relaciones de dependencia con la aristocracia gentilicia (senado), de la que derivaba su investidura. El rey era el jefe vitalicio de la comunidad y velaba por la buena administración de la ciudad. Como sacerdote de la urbe representaba a la comunidad ante los dioses y como jefe supremo del ejército debía asegurar el mantenimiento del orden interno y la defensa frente a eventuales amenazas exteriores.

Su participación en el ejercicio de la justicia penal estaba limitada a los delitos más graves, como por ejemplo el ultraje a los dioses o la desobediencia en el campo de batalla. En materia de justicia civil resolvía las principales controversias entre ciudadanos privados.

+ El senado: asamblea formada por los jefes más importantes de las gentes


La segunda institución de la monarquía latina era el senado. Se trataba de una asamblea formada por los jefes (patres) más importantes de las gentes. El senado elegía al rey y lo apoyaba, aconsejándole en la obra de gobierno. Debía expresarse sobre las cuestiones políticas, sobre las propuestas de ley del soberano y sobre las decisiones de los comicios curiados. En un principio estaba compuesto por 100 senadores elegidos entre los jefes de las gentes, pero después, con los reyes etruscos, la nominación pasó directamente al soberano y al final del período monárquico los senadores llegaban a 300.

Los orígenes históricos del senado hay que buscarlos en la evolución política de la comunidad que se desarrolló a orillas del Tíber. Antes de dar vida a un estado por encima de las curias, se creó un consejo restringido que tenía la obligación de discutir las directrices principales que deberían guiar las acciones del futuro jefe de Roma.

+ Comicios curiados: asamblea popular


Los comicios curiados (comitia curiata) eran la tercera institución del período monárquico. La más antigua asamblea popular se basaba en la división del pueblo en las tres tribus, probablemente de base étnica, de los Tities (latinos), Ramnes (sabinos) y Luceres (etruscos), formadas cada una de ellas por 10 curias, constituidas a su vez por 10 gentes. No está claro el origen de este reparto: probablemente reflejaba una subdivisión del territorio que tal vez servía de base para el reclutamiento del ejército. Como en el caso del senado, al principio los comicios curiados estaban ligados a los grupos gentilicios, pero el vínculo se atenuó con el refuerzo de la dimensión unitaria de la ciudad.

Las competencias de los comicios curiados guardaban relación con los ritos religiosos, la vida de las familiae y la legitimación del rey elegido por el senado. No parece que la asamblea aprobara las leyes, como pretende una cierta tradición historiográfica. Los comicios curiados no tenían específicas competencias legislativas, judiciales o electorales, pero apoyaban al poder ejecutivo con pocas posibilidades de iniciativa.

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Artículo 6 de 42 de nuestra serie de entradas sobre la historia de Roma.