miércoles, 26 de septiembre de 2012

Historia de Roma (III): los pueblos de la Magna Grecia

La zona meridional de la península itálica estaba ocupada en su totalidad por los griegos. Llegados en oleadas sucesivas de colonización, los griegos se asentaron en la costa y en los valles de las regiones del sur, donde fundaron numerosas ciudades.

Magna Grecia

- Periodos de la historia de la Magna Grecia


La historia de la Magna Grecia se puede subdividir en cuatro períodos: la época de las fundaciones, la fase de las luchas por el predominio, el período de las guerras con las poblaciones indígenas y el momento de la sumisión a Roma.

- Época de las fundaciones


La época de las fundaciones se caracteriza por el asentamiento de las colonias, las primeras relaciones con las poblaciones locales y el desarrollo de la actividad comercial. Es el período en el que las ciudades coloniales sentaron las bases de su futuro poder, delinearon su fisonomía institucional y establecieron relaciones comerciales con la metrópolis. La ciudades más importantes eran Cumas, Reggio, Locri, Crotona, Sybaris, Siris, Metaponte y Tarento.

- Fase de las luchas por el predominio en la Magna Grecia


La segunda fase se define por las luchas en busca del predominio en la Magna Grecia. Desde fines del siglo VI hasta medido el siglo V a.C., las colonias se vieron afectadas por frecuentes guerras para imponer su supremacía sobre los centros menores, conseguir el control del tráfico comercial y definir sus límites hacia el interior.

En este período tuvo lugar la destrucción de ciudades como Siris (560 a.C.) por obra de una coalición formada por Metaponte, Sybaris y Crotona. Se produjo asimismo una crisis temporal en Crotona, después de la victoria de los locrios en la batalla de Sagra (540 a.C.), la posterior recuperación de la ciudad y la destrucción definitiva de Sybaris (510 a.C.) por obra de una coalición capitaneada precisamente por Crotona.

La fase de las luchas por el predominio concluyó con la llegada de naves atenienses a occidente como preludio de un imperialismo que llevaría a la fundación de Turi (444 a.C.) y Heraclea (433 a.C.), a la expansión en Campania y a la expedición contra Siracusa.

- Periodo de las guerras con las poblaciones indígenas


La tercera fase fue la de las luchas contra los pueblos indígenas. Lucanos, brucios y apulios, bien organizados y armados, se rebelaron contra las colonias griegas. El inminente peligro aconsejaba una respuesta unitaria, que llegó de la mano de la Liga italiota con sede en el gran santuario de Hera en el Cabo Lacinio, cerca de Crotona. Pero la voluntad hegemónica que caracterizaba a estas federaciones políticas, unida al juego de poder de los Dionisios de Siracusa, que intentaban ampliar el Imperio siciliano, iba a quebrar las últimas resistencias contra la presión de los indígenas asentados en el interior. La política encaminada a sacar provecho del enfrentamiento con el bárbaro para imponerse los unos sobre los otros fue precisamente la que descubrió los límites de la defensa griega, allanando el camino al dominio de los itálicos en todo el sur, de Cumas a Nápoles, Paestum, Hereclea y Metaponto.

Y para alejar el peligro no bastó ni siquiera el recurso a dirigentes extranjeros: Arquidamo, Alejandro el Moloso, Agátocles, Pirro.

- Periodo de sumisión a Roma


La última fase de la historia de la Magna Grecia, marcada por el predominio de Roma, se caracteriza por un ambiente cargado de tensión, donde la lucha entre las clases sociales se veía agudizada por conflictos externos, y donde la cultura griega perdía terreno en favor de otras culturas. La llegada de Roma cerró para siempre en un estrecho lazo los territorios de la zona meridional.

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Artículo 3 de 42 de nuestra serie de entradas sobre la historia de Roma.