sábado, 27 de octubre de 2012

La crisis económica del fin de la república romana | Historia de Roma (XXXIII)

A fines de la república, cuando se multiplicaban los síntomas de declive de la economía esclavista, se produjo una crisis general en la agricultura itálica. En el mismo período se debilitó, además, y en algunos casos se derrumbó, la demanda de productos agrícolas de la Italia centro meridional en favor de los procedentes de la Galia cisalpina al principio y de las provincias después.

Crisis economica en la antigua Roma

- Causas de la crisis económica romana


Las causas de esta nueva crisis fueron diversas. Entre las más importantes hay que señalar las devastaciones de la guerra social; las confiscaciones, el cierre de los mercados orientales provocado por las guerras contra Mitrídates y la presencia de los piratas del Egeo; y los desequilibrios derivados de las asignaciones de los triunviros. También contribuyeron la ausencia de inversiones, el traslado hacia el norte del eje comercial, el gradual predominio en los mercados de los productos de Italia septentrional y el cierre de numerosos mercados centro meridionales. Se fue imponiendo una dirección de las haciendas orientada hacia la reducción de gastos y se primaron los cultivos que exigían poco trabajo y ofrecían garantía estable de seguridad en los mercados, aunque ello comportara la renuncia a mayores ganancias.

Los productos de Istria y la Galia cisalpina habían suplantado en los mercados internacionales a los productos de la Italia centro meridional. La expansión de estas regiones comenzó en la época de Augusto, cuando los capitales, por diversos motivos, se dirigieron hacia las áreas septentrionales siguiendo la estela de las conquistas militares de Augusto, pero el fenómeno tenía orígenes más lejanos. Iba ligado a la penetración romana en el norte, iniciada con la deducción de Aquilea -hecha por motivos militares y también por intereses económicos- y proseguida, durante los siglos II y I a.C., con la política de reorganización del territorio por medio del abono de los campos, la realización de grandes obras hidráulicas, la construcción de una red viaria y la inversión de capitales en agricultura.

Todas estas intervenciones estaban en el origen del gran desarrollo económico del siglo I d.C., cuando los productos agrícolas de la región conquistaron los mercados internacionales. La llegada de la época de Augusto estuvo marcada, por tanto, por una situación económica incierta, caracterizada por el declive de las áreas centro meridionales, otrora florecientes, y el desarrollo de las regiones septentrionales. A ello hay que añadir la precariedad del marco político general, que acentuó las consecuencias de la crisis económica.

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Artículo 33 de 42 de nuestra serie de entradas sobre la historia de Roma.