lunes, 19 de noviembre de 2012

El sistema imperial romano | Historia de Roma (XXXV)

Las principales etapas del proceso de renovación institucionales estuvieron marcadas por las figuras de César y Octavio. César fue el artífice del triunvirato, la primera fórmula de gobierno que rompió el esquema de las magistraturas clásicas. Dicha fórmula no tardó en convertirse en una monarquía para asumir después la forma de una auténtica dictadura.

Octaviano y el sistema imperial en Roma

- Nueva estructura constitucional tras el asesinato de César


Octavio, hijo adoptivo de César, perfiló las características del nuevo régimen. Después del asesinato de César comenzó un proceso de consolidación institucional que modificó la fisonomía del estado republicano, creando una nueva estructura constitucional destinada a durar alrededor de tres siglos.

- El Senado romano ante el desarrollo institucional


El desarrollo institucional cogió por sorpresa a la aristocracia senatorial que había llevado a cabo la conjura para eliminar la dictadura y restaurar el antiguo orden republicano. Al día siguiente de la muerte de César, el senado ya no tenía la unidad necesaria para afrontar la oposición de las masas populares, del ejército, de los comerciantes e incluso de las fuerzas provinciales.

Todos se mostraban favorables a César y completamente en contra del retorno al antiguo régimen oligárquico. El último intento de restauración se diluyó rápidamente, abriendo el camino a los partidarios de César y a quien supiera asimilar mejor la herencia política del dictador desaparecido.

- Tras la guerra de Módena, los pretendientes a la sucesión logran un acuerdo


Después de algunas dudas iniciales, Antonio, uno de los lugartenientes de César, se mostró claramente partidario de la política encarnada por el dictador muerto, con el apoyo de los veteranos y del pueblo. La aparición en la escena política de Octavio, heredero de César, complicó la ya precaria situación, dando origen a un enfrentamiento armado entre los dos grupos partidarios de César que reanimó, provisionalmente, la suerte de la clase senatorial (guerra de Módena, 44-43 a.C.). Pero muy pronto los pretendientes a la sucesión lograron un acuerdo. Se reunieron cerca de Bolonia (43 a.C.) y decidieron eliminar a los asesinos de César, luchar contra cualquier intento de supremacía senatorial y conquistar y mantener el control del estado.

- La Lex Titia: constitución de un triunvirato como magistratura del Estado

La alianza, ratificada mediante la Lex Titia en 43 a.C., llevó a la constitución de un triunvirato legalmente reconocido como magistratura del Estado (triumviri reipublicae constituendae), formado por Lépido, Octavio y Antonio. El nuevo triunvirato representaba a las fuerzas que reivindicaban la total renovación del estado a partir del ejemplo de César. Después de la supresión violenta de los adversarios más temibles, se pasó a la guerra abierta contra Bruto y Casio, los principales exponentes de la corriente senatorial anticesariana. La contienda finalizó en 42 a.C. con la derrota del ejército de los asesinos de César en Filipos, y con el reparto del estado entre los vencedores.

A Antonio se le asignaron las provincias orientales y la Galia, con exclusión de la Cisalpina, unida a Italia; Octavio recibió todo el resto de Occidente y a Lépido se le confió África.

Con las inevitables disparidades, el acuerdo duró hasta 36 a.C., después de haber sido renovado en los encuentros de Brindisi (40 a.C.) y de Tarento (37 a.C.).

- Octavio y Antonio, enfrentados


Las dificultades de la guerra contra Sexto Pompeo en Sicilia (38-36 a.C.) y la exclusión de Lépido del triunvirato, pusieron a Octavio y Antonio el uno contra el otro. Este último había llevado a cabo en Oriente una política que acogía las líneas maestras de la tradición griega y oriental y, junto con Cleopatra, preparaba una reordenación de los dominios asiáticos en un sistema de reinos, centralizado en la monarquía egipcia y sometido al control y a la dirección de Roma.

Octavio, al contrario, propugnaba un retorno a la constitución republicana, afirmaba su adhesión a los principios de la tradición romana, combatía las concepciones orientalizantes de Antonio y Cleopatra y se había erigido en promotor de una guerra nacional contra Egipto para restablecer el orden y la legalidad.

- Tras la derrota de Antonio y Cleopatra en Actium, Octavio paso a tener dominio absoluto sobre el estado romano


La derrota de las fuerzas conjuntas de Antonio y Cleopatra en Actium (31 a.C.) condujo a una nueva unificación de Oriente y Occidente bajo el mando de Octavio y dio pie al comienzo de su dominio absoluto sobre el estado romano. El vencedor obtuvo, en su nombre, un juramento plebiscitario de fidelidad a Italia y de las provincias que le reconocían el dominio absoluto sobre todas las cosas.

El propio Octavio era consciente de su golpe de fuerza contra la constitución, como lo atestiguan sus Res Gestae, grabadas en el Monumentum Ancyranum descubierto en la ciudad turca de Ankara. Su acción puede considerarse justificada por la difícil coyuntura del momento y por la aprobación de las gentes del imperio que deseaban acabar, de una vez por todas, con un ruinoso y prolongado período de guerras civiles.

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Artículo 35 de 42 de nuestra serie de entradas sobre la historia de Roma.