La pérdida de Cerdeña y la sublevación de los mercenarios (de lo que hablábamos aquí) no doblegaron la tenacidad de los cartagineses, que empezaron a reconstruir su imperio en España. La ocupación de la península Ibérica se inició en 237 a.C. bajo la dirección de Amílcar Barca, y prosiguió, después de su muerte, con el avance de su yerno Asdrúbal.
- Los romanos firman un acuerdo con Asdrúbal, relativo a la soberanía en Hispania
Los romanos, por su parte, amenazados por la invasión gala, llegaron a un acuerdo con Asdrúbal que delimitaba las respectivas zonas de influencia en España y alejaba el peligro de una alianza entre galos y cartagineses. El acuerdo, firmado en 226 a.C., reconocía a Cartago la soberanía al sur del Ebro.
- 219 a.C.: Aníbal asedia Sagunto, y los romanos se preparan para responder
En 219 a.C. Aníbal, el sucesor de Asdrúbal (221 a.C.), ignorando las protestas romanas, puso asedio a Sagunto, una ciudad situada al sur del Ebro pero aliada de Roma. Ésta no acudió en ayuda de Sagunto, pero cuando la ciudad cayó y sus habitantes fueron ajusticiados, los romanos rompieron el tratado de paz y se prepararon para enviar tropas a España y África.
- Aníbal toma la iniciativa y se dirige a Italia, atravesando los Alpes
Aníbal prefirió tomar la iniciativa y se dirigió hacia Italia al frente de un ejército de 20.000 infantes y 6.000 caballeros. Los cartagineses lograron atravesar los Alpes antes de ser interceptados por los romanos y consiguieron el apoyo de las tribus galas de la llanura septentrional.
- El ejército cartaginés vence al romano en las riberas del Trebbia y del Ticino
El primer enfrentamiento entre ambos ejércitos se produjo en las riberas del Trebbia y siguió en las del Ticino (218 a.C.). Aníbal infligió grandes pérdidas al ejército romano, guiado por Publio Cornelio Escipión, obligándolo a replegarse hacia Piacenza con sólo 10.000 hombres de los 36.000 que habían iniciado la batalla.
- El ejército romano, dirigido por el cónsul Flaminio, cae en una emboscada con grandes bajas
Después de la victoria el dirigente cartaginés esperó hasta la primavera para penetrar en Etruria, donde lo esperaba el cónsul Flaminio, dispuesto a barrerle el camino hacia el sur. Pero el ejército romano, mal dirigido, cayó en una emboscada y perdió 15.000 hombres en el campo de batalla, entre ellos el propio Flaminio. En poder del enemigo quedaron más de 6.000 prisioneros.
- Tras la derrota los romanos acuden a la dictadura, con Quinto Fabio Máximo
La noticia de la nueva derrota produjo consternación en Roma. Ante el temor de un ataque inminente a la ciudad, fue nombrado dictador Quinto Fabio Máximo, un anciano, miembro de la aristocracia terrateniente, que aplicó una táctica de espera para desgastar a las fuerzas cartaginesas, con problemas de aprovisionamiento. Mientras tanto Aníbal, consciente del esfuerzo necesario para expugnar Roma, se dirigió hacia el sur para estrechar alianzas con los pueblos de aquella zona y proceder después a la conquista de la ciudad del Lacio.
- Los romanos son derrotados en Cannas
Al ver cómo se debilitaban las relaciones con los aliados itálicos, el senado romano decidió pasar a la acción atacando a los cartagineses en campo abierto. Y fue entonces (216 a.C.) cuando los romanos sufrieron la más dura de las derrotas junto al poblado de Cannas (cerca de Barletta): más de 30.000 hombres murieron y otros tantos fueron aprisionados. Sólo Cayo Terencio Varrón, uno de los dos cónsules que habían dirigido el ejército, pudo volver a Roma.
- Roma envía un ejército a España y otro a Siracusa
Después de la derrota de Cannas empezaron a producirse las primeras deserciones entre los aliados: grandes zonas del sur y centros importantes, como Siracusa y Capua, la segunda ciudad de Italia, se alinearon con los cartagineses. Sólo el obstinado rechazo de los romanos a aceptar la derrota y la falta de resolución de Aníbal a la hora de emprender el ataque contra la ciudad latina lograron cambiar el curso de la segunda guerra púnica. Roma se movilizó para organizar la resistencia y preparar la contraofensiva: enroló a todos los hombres disponibles enviando un ejército a España y otro a Siracusa, y dejando el resto de las fuerzas para controlar a Aníbal en la península.
- Empeora la situación cartaginesa: caen Siracusa y Capua, Escipión el africano conquista gran parte de la Península y Asdrúbal, en su intento de ayudar a Aníbal, es derrotado
El jefe cartaginés se encontraba por entonces a la defensiva, sin las fuerzas ni los medios necesarios para acometer el asedio de Roma. La situación no tardó en empeorar. En 212 a.C. cayeron Siracusa y Capua. El joven Publio Cornelio Escipión, llamado después el africano, que había sido enviado a España tras la muerte de su padre, conquistó gran parte de la península ibérica, incluida la ciudad de Cartagena (210 a.C). Escipión, sin embargo, no logró impedir que Asdrúbal, hermano de Aníbal, condujera una parte del ejército fuera de Italia y penetrara en Italia. Asdrúbal atravesó los Alpes y avanzó rápidamente para acudir en ayuda de su hermano, pero cerca del río Metauro, en las Marcas, fue interceptado y derrotado por el ejército romano, perdiendo la vida en el combate (207 a.C.).
- Aníbal se repliega, y Roma prepara un ejército destinado a África
Aníbal se vio forzado a replegarse hacia Brucio (Calabria meridional), mientras en Roma comenzaban los preparativos para enviar a África un ejército dirigido por Escipión, que había sido nombrado cónsul después de expulsar a los cartagineses de España.
- Los romanos, apoyados por los númidas, aplastan a los cartagineses, obligándolos a firmar la paz
Escipión desembarcó en África en 204 a.C para asestar el golpe mortal a la potencia enemiga. A cambio de la promesa de un reino, obtuvo el apoyo de Masinisa, rey de los númidas, quien alineó su caballería al lado del ejército romano. Después de más de quince años en Italia y de haber tenido la victoria al alcance de su mano, Aníbal fue llamado a la patria para defender Cartago.
El choque final se produjo en 202 a.C. en Zama, donde los romanos aplastaron a los cartagineses obligándolos a firmar la paz. Escipión impuso a los embajadores cartagineses: el abandono de todas las posesiones fuera de África, la entrega de toda la flota y el pago de una fuerte indemnización. En África, Cartago tuvo que restituir a Masinisa los territorios conquistados y se resignó a aceptar que sólo podía declarar la guerra con el consentimiento de Roma. La ciudad apenas logró recuperarse de la derrota, antes de ser totalmente destruida por los romanos (149-146 a.C.).
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Artículo 20 de 42 de nuestra serie de entradas sobre la historia de Roma.