El origen de la estipulación está en la sponsio (promesa que genera un vínculo obligatorio). Se plantea a modo de pregunta (la sponsio y la estipulación) de ahí las siguientes características: la oralidad, con la presencia de ambas partes ( - ¿prometes en darme 100? - Prometo), la unidad de acto, la congruencia (el sentido, no se pueden responder cosas sin sentido) y el carácter formal (palabras adecuadas).
La estipulación se suele usar cuando hay algo de forma y se le suele dar una cobertura jurídica, cuando se le quiere dar forma jurídica. Es un negocio abstracto porque no sabemos los motivos de la persona que quiere que se le prometa cierta cosa, es decir, no son precisos estos motivos (carácter abstracto).