De 218 a 203 a.C. toda la península itálica fue devastada por la segunda guerra púnica. Sobre todo en el centro sur el enfrentamiento entre romanos y cartagineses llevó a la parálisis casi completa de las actividades productivas y del comercio: los campos fueron saqueados, el ganado abatido, los pueblos destruidos y los habitantes diezmados. Mayores aún que los daños materiales fueron las graves consecuencias de la contienda, que se prolongaron mucho más allá del término de las hostilidades, causando un descenso general del nivel de vida, reducido a cotas de pura subsistencia.
- La recuperación tras la segunda guerra púnica
La recuperación resultó particularmente difícil, sobre todo por la inflexibilidad de la política romana en relación con las regiones de la Italia centro meridional, culpables de haber confraternizado con Aníbal. Numerosos terrenos fueron confiscados y convertidos en ager público para ser entregados después a inversores ricos, los únicos que disponían de medios suficientes para hacer rendir el suelo. En la asignación de las tierras, Roma no respetó los límites legales sobre las dimensiones de las propiedades inmobiliarias, favoreciendo así un proceso de concentración que comportó profundas transformaciones en la distribución de la tierra y en la propia producción agrícola.
- La riqueza producto de las guerras, en manos de unos pocos en la sociedad romana
Pero las guerras también produjeron mucha riqueza. Según la concepción antigua, cada empresa militar debía autofinanciarse y producir un pingüe botín. Sin embargo, las nuevas conquistas, en lugar de conducir a un enriquecimiento general del estado, favorecieron tan sólo a algunas clases. Gran parte de las indemnizaciones de guerra pagadas por cartagineses, macedonios y sirios fueron retenidas por los generales y los senadores. A falta de una estructura administrativa adecuada a la mayor extensión del territorio, el cobro de los impuestos y el aprovechamiento de los recursos fueron adjudicados a los caballeros. De este modo surgieron nuevos desequilibrios que modificaron profundamente el tejido social de Roma.
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Artículo 25 de 42 de nuestra serie de entradas sobre la historia de Roma.