En el siglo III a.C., las ciudades de Roma y Cartago, ambas en pleno ascenso político y militar, se disputaban el control del Mediterráneo. El inevitable enfrentamiento entre ambas se produjo en tres fases, al término de las cuales de Cartago sólo quedaron algunas ruinas.
- Tras dominar Italia, Roma apunta al Mediterráneo
Después de imponer su dominio en la península itálica, Roma se proyectó hacia el Mediterráneo a la conquista de la supremacía absoluta. Las exigencias de defensa y de seguridad que habían ocultado las verdaderas intenciones expansionistas en el sur de Italia, ya no podían justificar la continua expansión territorial. Las guerras de conquista se habían convertido en el sistema más cómodo para resolver los problemas internos y, para los nobles, en la condición indispensable para avanzar en la carrera política.
Pero eran sobre todo las ventajas materiales las que impelían a la oligarquía dirigente a emprender nuevas acciones bélicas. Las ciudades conquistadas se ponían bajo el patronazgo del general romano victorioso, y el patronazgo se transmitía de padres a hijos.
- Desarrollo de las guerras púnicas
+ Cartago y Roma
+ La primera guerra púnica
+ Roma, entre las dos guerras
+ La segunda guerra púnica
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Artículo 16 de 42 de nuestra serie de entradas sobre la historia de Roma.